2009-08-28


Democratizar las comunicaciones sí, pero... ¿sabemos cómo y para qué?

Aram Aharoniam, director del mensuario Question y del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y Democracia

Aram Aharoniam, fundador de Telesur, actual director del mensuario Question y del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y Democracia (ULAC), comenta sobre el proceso de democratización de los medios de comunicación, haciendo énfasis en la importancia de identificar las razones por las cuales es necesaria una nueva legislación


Se ha puesto de moda hablar de la necesidad de desalambrar los latifundios mediáticos (Viglietti/Aram dixit), de la “necesaria democratización” de la comunicación y de la información y del llamado “terrorismo mediático” (Chomsky dixit). Y muchas veces, todo eso no pasa de consignas o, peor, de lamentos.


Y mientras desde por aquí declamamos, desde el Norte siguen usando a los medios de comunicación masiva –trasnacionales y sus “repetidoras” nacionales- como arietes de la globalización neoliberal a través del impacto combinado de la información, la publicidad y el entretenimiento, como poderosas armas que imponen su estilo de vida y sus intereses, aumentando el individualismo, el consumismo, la pérdida de identidad, y la dependencia cultural, social, económica, política.


Estas consignas y lamentos también incluyen declamaciones instando a cambiar la legislación. Claro, desde arriba, sin debate ni participación y sin siquiera identificar cuál es la problemática y cual es la estrategia a implementar.


Es necesario identificar con claridad cuáles son las razones por las cuales es necesaria una nueva legislación, y establecer con precisión los objetivos que se buscan con dicha normativa legal.


Qué es lo que se quiere

(...) Lo que hace falta es una Constituyente Comunicacional, donde participe el pueblo todo y no quede la normativa en el libre albedrío de unos funcionarios


(...)Cuando se habla de la necesidad de democratizar los medios, las frecuencias y las comunicaciones, hay que saber para qué se quiere tomar esas medidas, qué significa realmente esa “democratización”. En definitiva, si las nuevas medidas respetan el derecho a informar y estar informados, si fomentan la formación de ciudadanía, si impiden monopolios y oligopolios, si garantizan la recuperación de la memoria y la cultura propias (...)


(...)Una nueva normativa debiera facilitar la democratización del acceso plural a la información, a las opiniones y a las opciones culturales como condición para la democracia. Sin una esfera pública democrática, plural, no es posible la democracia. Debe, asimismo, garantizar la libertad de expresión, sin que quede abierta la posibilidad de la censura, sea ésta previa o a posteriori.


Una democratización significa normar restricciones a los monopolios y oligopolios en los medios y avanzar en la democratización de la propiedad y el control de los medios, porque si no, 80% de la audiencia seguirá controlada por la estructura monopólica de los medios corporativos.


Una nueva normativa debe avanzar en la contraloría social de los medios, sin duda un objetivo democratizador, dado que los medios juegan un papel vital en la construcción del imaginario colectivo y de la reproducción cultural, en la educación y en el acceso a la información.


En materia de los medios audiovisuales, es necesario recordar que las ondas radioeléctricas son patrimonio de la humanidad, administradas por cada Estado. Ningún particular puede ser propietario de una frecuencia, pues solo tiene derecho a usufructuar una concesión otorgada por el Estado. El uso de las ondas radioeléctricas es para la nación en su totalidad y corresponde al Estado tomar las medidas administrativas acorde con los marcos legales establecidos.


En el caso venezolano, no sólo es procedente sino necesario democratizar el uso de ese bien público, mediante una reingeniería de frecuencias y licencias, que permita una distribución equitativa entre el sector estatal, el privado y el espacio público. Por lo menos, ese es el criterio que prima en las legislaciones más adelantadas en el continente. Pero si esta sociedad avanzara hacia el socialismo, ¿no se debiera hablar de un solo y gran espacio público? Asimismo, es necesario establecer una vigilancia de su uso a través de un marco regulatorio que garantice su uso democrático.


No es suficiente realizar una nueva redistribución de las licencias efectivamente democrática y limitar la cantidad de emisoras que pueden participar en una red. Es necesario tener presente que la cartelización de los medios privados venezolanos no se basa tanto en el régimen de transmisión (redes) como en la difusión unívoca de mensajes. De allí la necesidad de establecer un marco regulatorio preciso que, en ningún caso, debería atentar contra la libertad de expresión, principio considerado como el valor absoluto en un sistema democrático.


Comunicación y democracia


Hoy somos concientes de que el tema de los medios de comunicación social tiene relación directa con el futuro de nuestras democracias, porque la dictadura mediática pretende suplantar a las dictaduras militares de tres décadas atrás. Hoy no hacen falta bayonetas: los medios llevan el bombardeo ideológico hasta la sala o el dormitorio, en su propia casa (...)


(...) Hoy sabemos que la única forma de plantearse la batalla de las ideas es con una estrategia comunicacional masiva, que sea realmente alternativa al bombardeo constante, hegemónico, que nos llega desde el Norte.


No cabe duda de que los medios comunitarios, populares, alternativos, son un paso en el camino a la democratización, pero por sí mismo no son suficientes. Podemos tener centenares de medios comunitarios, pero si el 93% de la audiencia está controlada por una estructura monopólica y/o oligopólica de los medios corporativos comerciales, poco será lo que habremos avanzado en la dirección de la democratización (...)


(...) Las últimas experiencias nos indican, asimismo, que de nada sirve tener medios nuevos, televisoras nuevas, si no tenemos nuevos contenidos, si seguimos copiando las formas hegemónicas. De nada sirven nuevos medios si no creemos en la necesidad de vernos con nuestros propios ojos. Porque lanzar medios nuevos para repetir el mensaje del enemigo, es ser cómplice del enemigo.

Fuente consultada:www.minci.gob.ve (Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la información )

Trailer Oficial de "Paco la Punta del Iceberg" entrevista exclusiva con su Director Diego Rafecas